Cualquier negocio desearía tener al empleado ideal que pueda sacar el trabajo, solucionar los problemas que se presenten, capacidad de liderazgo y una excelente actitud que contagie a cualquiera. Pero difícilmente encontraras alguien así, pues no nacen, más bien se hacen y cuando tienes grandes expectativas de aquella persona en quien confías que puede hacer un gran trabajo, al final te llevas una gran sorpresa.

Es difícil mantener un nivel de organización y eficacia por mucho tiempo. Llega un momento en el que tu personal empieza tener bajo rendimiento y al hablar con ellos, en vez de que muestren compromiso para mejorar, terminan por inventar una serie de pretextos que solo demuestran el poco compromiso que hay hacía con los demás. Por tal motivo te presento 5 excusas clásicas que pueden perjudicar el rendimiento de tu negocio:

1.- No tengo tiempo.

Cualquier persona recurre a esta opción que no solo aplican en el trabajo, también en cualquier situación. Pero, ¿en  verdad es por falta de tiempo? O más bien ¿por falta de organización? En ocasiones vivimos tan aprisa que no llevamos un orden pero ahora con ayuda de la tecnología puede ser más eficiente cumplir con nuestra tarea, por ejemplo una App como Evernote que ayuda crear una lista de todas tus tareas pendiente y llevar un orden o la agenda, ya sea de tu celular o computadora. Incluso a la vieja usanza, en un libreta.

2.- Es culpa de mi compañero (a) de trabajo.

Echarle la culpa a alguien más resulta fácil que admitir que por no darle un seguimiento y dejar todo para después, se generen problemas. La falta de comunicación con los compañeros puede llevar a no terminar las cosas a tiempo. Que cada persona comprenda cuando algo es tan importante que tiene que ser entregado a tiempo. Eso sí, tampoco hay que cargar todo el trabajo a una sola persona pues entre más ayuden más rápido se termina, dependiente de la dificultad o cantidad de la tarea asignada.

3.- Es culpa del cliente.

Cuando el cliente suele cometer un error es muy fácil agarrare de ello y desatenderse de las oblaciones. Este tipo de situaciones pueden presentarse en cualquier momento, por tal motivo debes reaccionar a tiempo y ver la manera de solucionar el problema sin llegar al grado de cerrarse alegando que no es tu culpa y que no hay manera de resolverlo.

4.- No entendí porque no explicaron bien.

Una cosas es que solo escuchaste y otra que de hayas puesto atención de cómo se hacen las cosas. Tomar nota de cada procedimiento para realizar algún trabajo o reparar será de gran ayuda cuando tengas que hacerlo por tu cuenta y tengas una guía que te ayude. Y cuando no funcione tus apuntes podrás preguntar algún compañero y anotar esos detalles para que más adelante, si surgen de nuevo, sabrás como solucionarlo, además de apoyar a otros.

5.- Llegue tarde porque falló mi auto, no alcance el transporte público, etc.

Anticipare ante cualquier eventualidad te mantendrá preparado y por tal motivo no tendrás problemas para llegar a tiempo a tu trabajo.  Por ejemplo, en mi situación ya sé porque rutas puedo utilizar, cual es más rápido, cual hay más tráfico y considerando que no puedo rebasar los límites de velocidad se cuál es la hora límite a la que debo salir para no ir con tanta prisa que solo generar estrés. Claro está que entre más temprano salga, será mucho mejor para mi historial de asistencia.

Estas son solo algunas, tal vez conoces más e incluso algunas muy creativas. Cuando crees que las excusas son tu salvación ante una situación poco favorable, lamento decirte que no es así y más si el pretexto es tan trillado que es difícil de creer. Al final quien se perjudica eres tú mismo y solo demuestras que no hay un verdadero compromiso de tú parte. No hay que cerrarse y estar pensando de forma negativa, pues los problemas están a la orden del día, la diferencia está en buscar soluciones y cómo hacer para que no se repitan.