La empresa u oficina en donde trabajas es un lugar vital en el cual depositas mucha energía y concentración todos los días. Tus compañeros están junto a ti cinco o seis días a la semana, trabajando en conjunto para lograr objetivos que beneficien tanto a la empresa como a uno mismo.
Un ambiente laboral sano es necesario para que éste trabajo sea agradable para todos, y en muchas ocasiones nosotros mismos perjudicamos el desenvolvimiento de los demás. La convivencia por períodos prolongados muchas veces se ve desgastada por hábitos propios que uno trae de su hogar y que podrían parecer normales pero no para todos lo son. Así como hay reglas de etiqueta al momento de sentarse a una mesa a disfrutar de nuestros alimentos, también hay reglas de etiqueta en la oficina, las cuales tienen como propósito hacer que la relación de todos los colaboradores que trabajan en el mismo espacio sea cordial.
Éstos son los cinco puntos más importantes a cuidar de la etiqueta en la oficina:
No comas en tu área de trabajo.
A todos nos da hambre, pero no vuelvas tu escritorio una mesa de picnic ni escondas en tus cajones la despensa de golosinas de la comunidad.
Tu lugar de trabajo es eso, lugar de trabajo, no deberías comer en él. Ni siquiera tocaré el punto de la cantidad de gérmenes y bacterias que habitan en el mouse y teclado de tu computadora para que te asustes y pienses dos veces antes de consumir alimentos cerca de ellos, sólo para que te des una idea, es más higiénico que comas sobre el inodoro de un baño público. Lo que sí puedo asegurarte es que es poco profesional llegar a una oficina y que alguien esté desayunando e impregnando con olores el ambiente, mientras teclea con dos dedos y ensucia con grasa papeles y equipo de trabajo. Desayuna antes de salir de casa, es más, imita a un hobbit y desayuna dos veces, pero no comas mientras trabajes.
Se egoísta con tu música.
Otra etiqueta en la oficina es ser egoísta con tu música. Nadie tiene mejor gusto musical que el propio. Aunque estés convencido que el último éxito de tu artista favorito va a fascinar a tus demás compañeros, sé egoísta y no lo pongas a todo volumen mientras trabajas. Por más que sea una ópera y quieras culturizar a todos, no siempre serán aceptadas tus buenas intenciones.
Si te permiten escuchar música en tu lugar de trabajo una buena opción es utilizar audífonos para no perjudicar a los demás, siempre teniendo en cuenta que no por tener audífonos es pase libre para distraerte y no prestar atención a tu entorno. También puedes optar por hacer un Playlist colectivo con todos tus compañeros, así todos pueden disfrutar de música que les agrade. Aunque definitivamente, la mejor opción para la oficina es no escuchar música en lo absoluto. Recuerda, estás ahí para trabajar, no para memorizarte el último disco Taylor Swift.
Habla tranquilo, no estás solo.
Moderar el tono de voz es algo que todos debiéramos considerar al trabajar. Muchas veces no nos damos cuenta, pero al contestar el teléfono o comentar algo con la compañera o el compañero en el escritorio junto a nosotros, nuestro timbre de voz poco a poco se va elevando hasta alcanzar proporciones de megáfono. Si sólo son ustedes dos platicando a gritos y no hay nadie cerca que pueda ser interrumpido, griten cuanto quieran, hasta quedar roncos. Pero si hay otras personas alrededor, si alguien está concentrado en su computadora, bosquejando, diseñando, copiando, leyendo, transcribiendo, recortando, dibujando, capturando, o cualquier otra actividad que alguien esté haciendo en silencio, atención, es muy probable que ese alguien necesite silencio para concentrarse mejor.
No te molestes si alguien te dice que bajes la voz, al contrario, agradece que alguien te haga saber algo que muy probablemente ignores y que puede afectar el desempeño de tus demás compañeros. Tampoco abuses de tu lenguaje con florituras de palabras altisonantes innecesarias. A nadie le interesa saber la cantidad de palabrotas que puedes soltar por minuto, y nadie ha jugado chácara contigo para que les digas güey antes de su nombre. Hay espacios en donde puedes hablar libremente en el tono que quieras, pero no en la oficina. Sé considerado con las personas que te rodean.
No compartas en redes sociales que estás aburrido.
Abres cualquier red social, y la mayoría de tus contactos comparte fotos, estados, o videos, haciendo alarde de lo muy aburridos que están en su oficina, de lo patético que es su trabajo, o de lo infelices que son levantándose temprano y trabajando en el lugar donde están. ¿Cuál es la necesidad de compartirlo? Hasta donde tengo entendido, no existe ningún premio o distinción honorable al “Colaborador más infeliz del año”, y ese continuo descargue de frustración a través de redes sociales no les proveerá de resultados exitosos en el medio laboral.
“Es mi vida privada, puedo compartir y expresarme como quiera”, pensarán algunos. Adelante, es muy válido, pero no mientras tengan un uniforme y sean representantes de una empresa. Si no les gusta el lugar donde laboran no hay de qué preocuparse: tienen toda la libertad de ir a una empresa nueva.
No contamines.
Una etiqueta en la oficina que es muy importante es no contaminar el ambiente de trabajo. No seas esa persona que saca provecho en conversar problemas ajenos a espaldas de los demás. Un ambiente de oficina sano se nutre principalmente con colaboradores que se respetan y que disfrutan trabajando en equipo, y eso se logra no platicando acerca de la vida privada de los demás. Sí, por supuesto que es válido hablar de tu vida y de tus problemas, pero limítate a que la conversación sea acerca de ti.
Tampoco seas una máquina expendedora de chismes y envenenamiento grupal. Si alguno de tus compañeros de trabajo no termina de agradarte por alguna razón, es mejor que vayas directamente con él y dialogues, busca temas en común, hablen de música, cine, libros, de su telenovela favorita, de algo que pueda ayudarte a congeniar y a hacer más ameno el tiempo que pasas con esa persona. Tal vez parezca cansado o no te interese hacerlo, pero recuerda, a final de cuentas tú eres el que trabaja codo a codo por 8 o 10 horas con ese ser humano. Ayúdate a que esas horas sean buenas y no te desgastes en descubrir por qué no te agrada y qué puedes decir a tus demás compañeros para que entre todos lo desprecien juntos. ¿Te gustaría que alguien diga de ti lo que tú dices de ellos?
Éstos son sólo algunas de las etiquetas en la oficia básicas pero muy importantes que debemos cuidar para tener un ambiente de oficina ameno. No hay nada que levante más el ánimo que saber que llegas a trabajar todos los días a un entorno agradable con compañeros que nutren tu vida. Tú eres parte vital en proteger y cuidar el lugar en donde trabajas. Está en ti, en nadie más.