La sostenibilidad ambiental empresarial es un concepto que para muchos suena sólo a una nueva corriente ecologista, mientras que para otros está cada vez más cerca de convertirse en la diferencia entre el éxito y el fracaso. Sin embargo, pocos lo ven como lo que realmente es: una necesidad social real que empieza a tener una seria influencia en el éxito financiero de micro, pequeñas, medianas y grandes empresas. ¿Cómo ayudaría a mi empresa ser ambientalmente sostenible?

Triángulo básico: Ambiente, economía y sociedad

Todos hemos escuchado alguna vez los términos cambio climático y desarrollo sostenible. Tal vez muchos de nosotros, ni siquiera nos hemos molestado en averiguar su significado. Sin embargo, el cambio climático global ha demostrado la necesidad real de un desarrollo sostenible y esto ha generado un cambio en la conciencia ciudadana no sólo respecto a la problemática ambiental, sino también hacia los efectos de las actividades económicas y empresariales.

Tradicionalmente, hemos dejado en manos de los gobiernos la tarea de definir obligaciones asociadas a la actividad empresarial y su cumplimiento, y la mayoría de las empresas adoptan el enfoque de “mínimos”, basado en el cumplimiento de la normativa vigente con el único fin de evitar sanciones sin imaginar siquiera que dicho cumplimiento trae ventajas adicionales para la empresa.

Sin embargo, hoy en día el cambio de conciencia ciudadana ha obligado a un cambio de paradigma y muchas empresas adoptan un enfoque proactivo en conjunto con las instituciones gubernamentales que va más allá del cumplimiento de la legislación. Este cambio de actitud implica a su vez un movimiento más generalizado hacia los aspectos social y económico que, junto con el ambiental, forman parte del triángulo del desarrollo sostenible. Este enfoque proactivo ha evolucionado en lo que hoy se conoce como Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

El ambiente: ¿A favor o en contra?

Las empresas empiezan a comprender la importancia de su papel dentro del desarrollo sostenible y las implicaciones que esto tiene para su propio futuro que, al igual que el del ambiente, también está en juego. Esto las ha llevado a adoptar una postura diferente que ha mostrado distintas ventajas a nivel competitivo, ya sea a través de la implantación de estrategias del tipo “mejores prácticas” o “eficiencia ambiental” que contribuyen al valor agregado de sus productos o servicios y a la reducción de sus costos de producción y operación, o de cambios más drásticos como aprovechar nuevas oportunidades de negocio derivadas del desarrollo sostenible, como los mercados de carbono.

El contar con un buen asesor ambiental que apoye a la empresa en la implementación de la sostenibilidad ambiental es un factor clave de éxito, ya que de la misma manera que la imagen de una empresa o marca influye en la decisión de sus clientes o consumidores, el riesgo en la reputación es un factor importante que no debemos despreciar: una opinión negativa acerca de una marca, servicio o producto puede provocar grandes estragos financieros en los beneficios comerciales.

Es necesario reconocer que cada día más consumidores adoptan como variable de decisión en una compra el valor agregado del servicio o producto en cuestión, así como la medición de desempeño ambiental de las empresas, favoreciendo aquellas con un enfoque ambiental proactivo, lo cual se ve reflejado directamente en los balances financieros. Así, el favoritismo creado por las causas ambientales puede tornar al ambiente en un jugador a favor o en contra de la empresa.

Empresas vs. Ambiente: ¿Quién está en la cuerda floja?

Para muchas empresas, la RSE se limita a mejorar el ambiente de trabajo de los empleados al promover actividades sociales con sus familias durante la participación de la empresa en una campaña de reforestación o de limpieza de playas, creyendo que así abarcan los tres puntos del triángulo básico (ambiente, economía y sociedad). Después de todo, empleados más felices significan mejor desempeño y mejor desempeño significa mejores rendimientos para la empresa, ¿cierto? En parte, sí… pero sólo parte… una muy pequeña parte.

Hay quienes complementan la satisfacción de sus empleados y sus familias con filantropía, brindando apoyo económico a organizaciones de la sociedad civil, muchas veces sin analizar el impacto real que esto puede tener en la imagen de su empresa. Después de todo, si el donativo es deducible de impuestos, ¿qué importa a quién apoyo? Curiosamente, importa mucho. El impacto de este apoyo es mayor si elegimos a la organización correcta, es decir, aquella cuyos fines sean compatibles o complementarios con la actividad de la empresa. Una marca de yogurt obtendrá mejores beneficios de una campaña de apoyo a la alimentación de niños en casas hogar al donar su producto a las mismas que donando recursos a una campaña de promoción de adopción de hábitos veganos para evitar la crueldad hacia los animales.

Si bien al día de hoy la sostenibilidad ambiental empresarial constituye tan sólo una ventaja competitiva que muchas empresas aún creen poder reemplazar con mayores inversiones en publicidad e imagen, mañana será una restricción para poder competir en el mercado. Sin embargo, al no ser todavía un factor restrictivo de competencia, estamos aún a tiempo de preparar a nuestras empresas para ese futuro y ponerlos en los primeros lugares de la línea de partida.

¿Cómo convertir a una empresa en ambientalmente sostenible?

La sostenibilidad ambiental empresarial tiene básicamente dos áreas de trabajo, cada una con objetivos específicos: a nivel interno, la sostenibilidad ambiental tiene como objetivo optimizar el uso de los recursos, logrando una mayor eficiencia con un menor consumo, lo cual se traduce en importantes ahorros en los costos de operación y producción y es siempre el primer paso antes de implementar cualquier cambio a nivel externo. Una vez que la empresa es ambientalmente sostenible a nivel interno, estará lista entonces para ser ambientalmente sostenible a nivel externo, es decir, mejorando su imagen ante los clientes y consumidores y brindando un valor agregado a sus productos y servicios a través de acciones que favorecen al ambiente.

El contar con un buen asesor ambiental es clave en el éxito de este proceso.

La lista a continuación proporciona una idea de cómo lograr una sostenibilidad ambiental adecuada para la empresa:

  1. Elegir al asesor ambiental adecuado. La preparación, la experiencia y los principios son clave en el adecuado desempeño del asesor. Es mejor inclinarse por la persona que está dispuesta a hacernos llorar lágrimas de sangre hacia lo más conveniente para la empresa que por aquella que cobra por hacer que la empresa se vea bien. “Quien bien te quiera, te hará llorar.”
  2. Implementar la sostenibilidad ambiental a nivel interno. Antes de encender el candil de la calle es necesario iluminar la oscuridad en casa. Mejorar el desempeño ambiental de la empresa tendrá un impacto directo no sólo en el ambiente y en la reducción de la huella ecológica, sino también en los costos de operación y producción que, a la larga, aportarán grandes ahorros y beneficios adicionales.
  3. Implementar la sostenibilidad ambiental a nivel externo. Es hora de brindar a nuestros clientes ese valor agregado que hace de nuestros productos y servicios un bien más valioso que el de nuestra competencia. Ojos que no ven, corazón que no siente, ¿cierto? ¡Hagamos que nos vean para que nos quieran!
  4. Visibilidad de los resultados. Según las abuelas, si no enseñas, no vendes. De nada sirve emprender tantas acciones si no aportan ningún resultado, y no nos referimos únicamente a los resultados financieros, sino también a los beneficios logrados a favor del ambiente. La gente que apoya una causa a través de las empresas necesita saber que su apoyo sirve para lograr un objetivo común.
  5. Agradecer el apoyo. Nada es más motivante para quien apoya una causa que recibir un agradecimiento por su ayuda, y esto incluye agradecer a colaboradores, proveedores y clientes por igual. ¡No hay ayuda pequeña! Y quien agradece por lo que tiene, siempre tendrá más que agradecer.

El éxito de las empresas depende de saber escuchar a sus clientes oportunamente. El ambiente cobra cada vez mayor importancia en el desarrollo de la humanidad y la conciencia sobre este hecho está cada vez más cerca de convertirse en un factor crítico para el éxito de las empresas, sin importar el tamaño de las mismas. Mientras más pronto se incorpore la sostenibilidad ambiental al ambiente empresarial, más pronto se verán los beneficios y mayores serán las ganancias derivadas de ellos. Adoptarla correctamente constituye una relación únicamente de ganar-ganar.

 

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Consultora ambiental internacional, prestando sus servicios en sostenibilidad ambiental, formación de personal y mitigación de impactos ambientales a distintas instituciones académicas, públicas y privadas de México, Costa Rica, Taiwán, Estados Unidos, Francia, Noruega y Gabón, entre otros. Licenciada en biología, con maestría en biología marina, especializada en ecología.